Alebrijes

¿Qué es un alebrije?

Un alebrije es una figura artesanal que surgió no hace mucho tiempo en México, se elabora principalmente en papel, en madera o en cartón, modelando el diseño mediante diferentes técnicas manuales, entre las que sobresale la cartonería por ser la original.

Alebrije de Coyote de San Antonio Arrazola Oaxaca

Alebrije Pintado a Mano Yixe I de Madera de Copal

Juego de Alebrijes Oaxaqueños Gato y Venado

Alebrije Mexicano Búho Mágico Fidelidad y Abundancia

Alebrije Mexicano Zorro Zapoteca Solidaridad y Astucia

Alebrije Mexicano Pintado a Mano Bllin Yix

Alebrije de Suricata de San Martín Tilcajete Oaxaca

Alebrije Mexicano Pintado a Mano Bacaanda

Alebrije Fusión Búho Serpiente Pintado a Mano

Alebrije Fusión Águila Serpiente Pintado a Mano

Alebrije Mexicano Pegaso Madera de Copal

Alebrije en Forma de Jaguar Artesanos Oaxaqueños

Alebrije de Jaguar Tallado en Madera de Copal

Alebrije Mexicano Ni Hruuya Pur Stobi

Alebrije Armadillo Tallado en Madera Pintado a Mano

Alebrije Mexicano Con Forma de Pulpo

Alebrije Mexicano Ba du hriini Pintado a Mano

Alebrije Mexicano de Gato Echado de Oaxaca

Alebrije Pintado a Mano Madera de Copal Manzin

Alebrije El Toro Empedernido Madera Tallada

Alebrije Mexicano Forma de Oso Monarca

Alebrije Mexicano Pequeño de Armadillo Oaxaca

Alebrije Mexicano de Conejo Madera de Copal.

Alebrije Mexicano Conejos en Armonía

Alebrije Mexicano Forma de Esplendoroso Gallo

Alebrije Mexicano Con Forma de Avestruz

Alebrije Mexicano Toro Emblemático Tallado a Mano

Alebrije Mexicano Zarigüeya Tallado a Mano

Alebrije Mexicano Borrego Cimarrón Tallado a Mano

Alebrije Mexicano Forma de Oso Tallado a Mano

Libreta By México de Alebrije Negro 80 hojas

USB de Alebrije By México 8GB Multicolor

Libreta de Alebrije By México Negro 80 hojas

¿Cómo se hace un alebrije?

La cartonería consiste en un proceso que puede variar, pero que por lo regular comienza con la creación de la estructura, normalmente de alambre, que servirá como soporte del modelo por hacer; posteriormente se viste la estructura con cartón bañado con una mezcla de papel y engrudo y se espera a que se seque, para después empezar a darle forma a la figura que se pretende fabricar.

Sólo faltan la pintura y el barniz para que brille, que darán personalidad y colorido a la figura terminada. De manera que se utilizó un poco de alambre, cartón (o madera), papel, engrudo y pintura, además del barniz opcional y los pinceles o brochas con que se aplicó.

Hay otras muchas piezas artesanales que se crean con esta técnica, como las piñatas, los diablitos, los judas y numerosos tipos de máscaras y juguetes. Toda esta clase de productos gusta mucho al extranjero, al turista que lo paga caro y al que lo compra en su país a importadores.

Origen de los alebrijes

La historia del nacimiento de los alebrijes es precisamente como ellos: fantástica. Un modesto cartonero instalado en el mercado de La Merced que se dedicaba a la fabricación de piñatas, máscaras de carnaval y otras figuras de papel maché llamado Pedro Linares López, enfermó de repente cayendo en un profundo y prolongado sueño. 

La familia no gozaba de una posición económica desahogada, por lo que no recibió atención médica profesional y los cuidados que se le prodigaron corrieron a cargo de sus mismos familiares, quienes lo trataron básicamente mediante remedios caseros no especialmente efectivos. 

Sin embargo funcionó, o posiblemente no, pero al fin regresó del sueño y retomó el ritmo de su vida interrumpida, con la novedad de un inédito estilo de creación. 

Historia de los alebrijes

Lo esencial de su versión es más o menos la siguiente: mientras permaneció inconsciente tuvo sueños muy extraños, cuyo escenario era un bosque de ambiente reposado con la vegetación, los árboles y los animales propios de ese entorno. 

Él se sentía tranquilo y sin molestias, pero de súbito los mismos animales empezaron a cambiar hasta convertirse en criaturas insólitas y hasta grotescas que no correspondían, como por ejemplo un gallo con cuernos, un burro con alas o un león con cabeza de perro, que gritaban la palabra “Alebrijes” una y otra vez.

A pesar de la extraña situación no se sentía particularmente atemorizado, y siguió caminando hasta que se encontró a un hombre que le indicó la manera de salir del bosque.

Probablemente estaba delirando a causa de la enfermedad que lo postró, enfermedad que, por cierto, posteriormente nunca se determinó. 

Palabras más palabras menos esa es su versión, que se podrá creer o no, pero lo cierto es que a partir de entonces se dedicó a fabricar las figuras de su sueño y las que iba imaginando. 

Muerte del creador de los alebrijes

Pedro Linares López murió el 26 de enero de 1992 a los 86 años de edad, de manera que cuando se enfermó, cuando soñó y empezó a crear sus alebrijes tenía 30 años de edad.

Dejando de lado los sueños -o alucinaciones- de don Pedro, se sabe que un comerciante de arte que tenía una galería en la ciudad de Cuernavaca descubrió los alebrijes, y como les viera posibilidades adquirió una buena carga y se los llevó para exhibirlos.

Popularidad de los alebrijes

En poco tiempo se popularizaron dando inicio a su manufactura a gran escala, tanto en la ciudad de México como en otras ciudades del interior de la república, particularmente en Oaxaca, donde se adoptó como un producto regional.

Se dice que, como “artículo artesanal” no se debe fabricar en molde, porque en ese caso dejaría de serlo. El artesano debe crearlo con sus propias manos para darle forma a sus ideas o a sus fantasías. Bueno, eso se dice.

Creaciones surrealistas

Creo que los alebrijes son creaciones surrealistas: el surrealismo es -o fue- una corriente artística y cultural que nació en Europa poco después del fin de la primera guerra mundial. Se define como: un movimiento artístico y literario que intenta sobrepasar lo real impulsando lo irracional y onírico mediante la expresión automática del pensamiento o del subconsciente”.

Entre sus representantes más notables figuran Guillaume Apollinaire y André Bretón, quien dijo en una ocasión que “su objetivo era convertir las contradicciones de los sueños y la realidad en una realidad absoluta, una súper realidad”. Quizá eso sean los alebrijes: una súper realidad.

Hay objetos que de inmediato impactan y seducen, ya sea por su diseño, por su manufactura, por su material, por su veracidad, por su delicadeza o por su colorido. Lo mismo pueden ser feos que bonitos, reales, fantásticos, horribles o decorativos. 

El alebrije en la actualidad

El alebrije es al mismo tiempo figura decorativa, muñeco, juguete y obra artesanal, y también es feo, atractivo, espantoso, fantástico e intimidante.

Parece un hecho que lo que espanta encanta, y espanta lo que es inverosímil, extravagante o grotesco.

De ese modo se pusieron de moda los payasos perversos y malignos, las muñecas y muñecos diabólicos, las niñas malvadas con extraños poderes para hacer el mal, y otros personajes de apariencia inocente que resultan ser verdaderas calamidades para quien se atraviesa en su camino en mal momento.

La clase de productos que impresionan gozan de mucha demanda, porque a la gente le fascina espantarse por alguna extraña razón que escapa a mi humilde comprensión.

Las películas “de miedo” son muy vistas, las pinturas raras atraen siempre la mirada, las esculturas extravagantes emocionan, y todo lo que está fuera de lo normal hechiza.

Los alebrijes son bonitos a su modo, por su forma, por su colorido, y porque inducen a soñar y alucinar.