La lucha libre en México es todo un acontecimiento que convoca multitudes ávidas de diversión y esparcimiento. Es una fiesta colorida de acendrada tradición, con la ventaja adicional para los entusiastas asistentes de que el costo no es muy alto en comparación con otros eventos de convocatoria masiva, lo que lo convierte en un espectáculo accesible.
¿Qué es la Lucha Libre?
No es un deporte de la clase del futbol, del box o del beisbol, aunque desde luego en esencia es un deporte; no es una función como la que presenta el circo o la que ofrece la fiesta taurina, pero tiene mucho de espectacular; tampoco es teatro, aunque el desarrollo es teatral y muy dramático; entonces, la lucha libre mexicana es ………. pues la lucha libre mexicana.
La lucha libre mexicana es una adaptación de la lucha grecorromana, una de las tres modalidades que se practican en los juegos olímpicos, aunque con reglas sustancialmente diferentes.
Diferencias con la lucha libre deportiva
Para señalar algunas diferencias entre la lucha netamente deportiva y la profesional, se pueden destacar algunos elementos básicos que las hacen muy distintas, como la acrobacia que se desarrolla en la profesional, los trucos, las llaves, los saltos y el vuelo por los aires de los luchadores que se impulsan en las cuerdas, todo ello desacostumbrado y prohibido en el olimpismo.
¿Cómo nació la lucha libre?
La aparición de la lucha libre en México, más o menos como la conocemos hoy se atribuye a Enrique Ugartechea, y su primer antecedente documentado confiable se remonta al año de 1863.
Sin embargo, el hecho que detonó la popularidad de la lucha se presentó hasta 1933, cuando Salvador Lutherot González fundó la Empresa Mexicana de Lucha Libre, que hoy funciona bajo el nombre de Consejo Mundial de Lucha Libre.
Se organizó, se reglamentó, se le dio mucha promoción y el impacto entre la población pronto entregó los resultados esperados.
Ídolos de la lucha libre
El público acogió la lucha y llenaba las arenas en cada plaza donde se ofrecía función, creando en poco tiempo ídolos con seguidores incondicionales.
Los atuendos, y principalmente las máscaras le dieron una nueva dimensión, con su ingrediente de misterio y colorido, y de un anonimato que estimulaba la imaginación.
Ya en la década de los 50 surgieron figuras que después se convirtieron en leyenda, como El Santo, Blue Demon, El Rayo de Jalisco, Black Shadow, El Cavernario Galindo y Tarzán López, y posteriormente llegaron otros que acapararon legiones de partidarios y que también pasaron a la historia, como El Perro Aguayo, Mil Máscaras, El Huracán Ramírez, Canek, El Pirata Morgan y otros muchos más.
Rudos y técnicos
Como normalmente sucede en todos los aspectos de la vida y en la dinámica de una sociedad se crean ciertas aficiones, y por sus características muy básicas de ganador-perdedor el deporte es un entorno ideal para identificarse y representarse en una causa.
En la lucha libre la clásica rivalidad es entre los rudos y los técnicos, que equivale a los sucios y los limpios, y a final de cuentas entre los buenos y los malos.
Hay mucha gente que se inclina por los malos, por convicción o sólo para llevar la contraria y provocar.
Ritual de la lucha libre
Es parte de la diversión, ya que al margen de la contienda sobre el ring en las gradas se verifica otra batalla, que al calor de las cervezas muchas veces se desborda obligando a intervenir al alerta personal de seguridad.
Para presentar una función se pone en marcha un mecanismo que acompañará la travesía hasta el final.
Empieza con la promoción mediante boletines dirigidos a la prensa especializada, que se complementa por medio de los tradicionales carteles colocados en las bardas de zonas estratégicas designadas con anterioridad.
Otro ingrediente de la publicidad previa al combate consiste en entrevistar a los futuros contendientes, para que alardeen provocando a su rival con retos sumamente exagerados de muchacho bravucón.
El día de la lucha
El día señalado el rito continúa desde los mismos vestidores de la arena, en el calentamiento muscular, en el recorrido por los pasillos rodeados por el público asistente que lo mismo grita insultos que anima a base de locuciones elocuentes, y después al subir al ring, con muchos aspavientos y expresiones de ferocidad.
Por supuesto la parte principal llega durante la pelea, cuando los participantes representan su papel con el entusiasmo que todos esperaban y por el que pagaron.
El mismo réferi realiza sus intervenciones con un énfasis digno del mayor elogio, por su profesionalismo y porque precisamente para eso le contratan.
No suelen defraudarlos, su afán de mostrar al mundo sus habilidades y sus indiscutibles dotes histriónicas recibe justa recompensa a través de los aplausos y las aclamaciones de la satisfecha concurrencia.
Los luchadores son atletas consumados, muy bien entrenados, con una condición física excelente, ya que para su actividad requieren, además de la práctica constante, mucha habilidad, salud, elasticidad, fuerza y resistencia.
Peligros de la lucha libre
Practicar la lucha libre es peligroso, con mucha frecuencia se presentan lesiones de las leves y a veces hasta graves, e incluso lamentablemente ha habido muertes.
Me parece importante señalar otro aspecto de la lucha libre, uno que por lo regular permanece oculto hacia el exterior:
Lucha interior
En el momento que inició el combate empezó la otra lucha, la interior de cada uno de los espectadores, que participó muy a su modo en las incidencias como si se tratara de una proyección de sus propias luchas con la vida, individualidad que encontró en la lucha de los gladiadores sobre el ring un escenario ideal para desahogar pasiones, tensiones y presiones seguramente acumuladas.
Esto es muy humano, está documentado en la historia de la humanidad desde los tiempos de la antigua Roma, cuando se le regalaba al pueblo el inolvidable espectáculo del Circo Romano, cruel, despiadado, sanguinario y abusivo.
La lucha libre tiene un significado para un amplio sector de la población en México, un grupo que según todos los indicios se ve representado en un escenario ajeno e inmediato al mismo tiempo, que le sirve de auxiliar al menos para relajarse un poco.
Así es la lucha libre mexicana, vibrante, apasionante, emocionante.