Cajitas de Olinalá

Una “Cajita de Olinalá” puede ser muchas cosas a la vez, y lo es sin discusión:

un objeto práctico, un artículo de ornato, un buen recuerdo, un excelente obsequio, un lujo o un juguete, y su versatilidad se debe a que es útil, artística y bonita; es la clase de artículo al que todos dicen: “yo quiero una”.

Y la verdad es que llaman la atención por sus diseños y su decoración, y por si fuera poco desprenden una fragancia muy característica que me hace reiterar que yo quisiera una.

Origen de la Cajita de Olinalá

No es difícil deducir que se conocen como “Cajitas de Olinalá” porque en esa población se originaron, al principio para uso local, como sucede con frecuencia, y después de un tiempo se optó por su comercialización fuera de la zona.

Olinalá

Olinalá es una localidad mexicana ubicada en el oriente del estado de Guerrero perteneciente a la región de “La Montaña”, conocida a partir de la difusión de sus artículos artesanales.

Y es que su producción de artesanía no se reduce a las cajitas, sino que incluye una enorme variedad de artículos de usos muy variados, como por ejemplo: 

Baúles, joyeros o alhajeros, sillas, cabeceras y otros muebles, bandejas, paneras, fruteros, polveras, biombos, marcos para cuadros o espejos, atriles, jícaras, arcones, charolas, bules, máscaras y toda clase de figuras, desde animales como jaguares, venados o aves de corral y voladoras hasta flores, frutos o incluso de montañas y paisajes. 

Manufactura de las Cajitas de Olinalá

La historia de la manufactura de las cajitas de Olinalá, como las conocemos hoy, se remonta al siglo XIX, ya que antes se realizaban artículos similares con otra clase de madera, como la del pino o el encino.

Pero esas cajas eran otra cosa, porque el secreto de las Cajitas de Olinalá precisamente está en su aroma, que emana de la madera del lináloe.

Lináloe

El lináloe es un árbol endémico del sur de México, propio de la región donde confluyen los estados de Oaxaca, Morelos, Guerrero y Puebla, que puede alcanzar una altura de entre 8 y 10 metros y un diámetro de 60 cm. 

El lináloe produce un fruto, del cual se extrae el aromático aceite de lináloe, aprovechado por las industrias de la perfumería y la farmacéutica. Pero además del aceite fragante la madera del árbol asimismo es aromática, y con ella se elaboran las artesanías que particularmente han dado fama a la localidad.

Herencia Colonial

La técnica de elaboración de estas artesanías es una herencia colonial, que se inspiró en la apreciación de los objetos que llegaban al territorio nacional en el “Galeón de Manila”, conocido también como la “Nao de China”.

El citado galeón era un barco, a veces dos, que realizaban el trayecto desde las Filipinas a puertos de la Nueva España, principalmente Acapulco, Cabo San Lucas, San Blas y Bahía de Banderas. La misión del barco era el transporte de mercancía para el comercio entre los dos destinos de la ruta, América y Asia, ambos colonizados por los españoles, y en él llegaban artículos atractivos y aún desconocidos para la población local, que por lo mismo gustaban y tenían mucha demanda.

De esa forma fue como llegaron -supongo que mareados por el largo viaje en barco- los antepasados de las cajitas.  

Se asimiló la idea y se adaptó con sus variantes naturales, y con el tiempo se estableció un proceso para su elaboración. 

Proceso de elaboración

El inicio del proceso consiste en hacer cortes en el tronco para que de las zonas afectadas escurra de manera natural una substancia aceitosa, la cual difunde un perfume firme y delicado con propiedades esenciales. 

El “maque” de Olinalá

Posteriormente se procede a la preparación del “maque”. El “maque” de Olinalá es una técnica de laqueado artesanal que consiste en el barnizado y posterior decoración exclusivamente de objetos de madera del árbol de lináloe. 

El maque, o laca, se prepara con una mezcla de polvos minerales, pigmentos y aceite de chía, con los que se recubren las piezas antes de imprimir los decorados.  

Por lo tanto, en total son cinco las etapas que se requieren para terminar las piezas: carpintería, barnizado, rayado, secado y óleo.

Corte

Después de elegir la madera se le aplica el corte para que desprenda el aroma; se detalla la forma de la pieza y se resana.

El barniz o maque, ya preparado previamente con sus componentes, se aplica en la madera.

Realización de los dibujos

Sobre la capa de barniz se realizan a mano los dibujos, ya sea de la manera tradicional con una espina de maguey o con algún instrumento más moderno.

Se deja secar por 24 horas.

Se aplica el óleo con las imágenes deseadas, y se deja secar otras 24 horas.

Es un proceso simple aunque preciso y laborioso, y que desde luego requiere de dedicación, de práctica y talento. 

Mundialmente conocidas

Se han dado a conocer en todo el mundo a través de los constantes intercambios culturales, los cuales constituyen un recurso para exhibir artículos artesanales y otras manifestaciones de los pueblos de los cinco continentes. Por ahora han llegado a países como Brasil, Cuba, Japón, China, Rusia, España, Argentina y otros cuantos más.  

En el presente se producen miles de cajitas cada mes, y sus costos fluctúan según el acabado y el tamaño, desde 300 hasta 10 mil pesos, estos con incrustaciones de oro. Incluso se ofrecen en el mercado de coleccionistas y conocedores piezas con un valor de 50,000 pesos.   

Denominación de Origen

Las “Cajitas de Olinalá” son orgullosamente poseedoras de una de las 16 denominaciones de origen que a la fecha ostenta México. ¡Bien por las cajitas!