Como muchos elementos tradicionales de los pueblos mesoamericanos, la ropa típica mexicana es el resultado de la fusión de las dos culturas principales que, a través de la estrecha convivencia que se verificó durante los tres siglos de colonización, establecieron un estilo propio en diversos ámbitos de la vida cotidiana.
Origen de la ropa típica mexicana
El intercambio -a veces inconsciente- de cuestiones prácticas y otras de carácter subjetivo se fue produciendo poco a poco, adoptando cada cual aquello que consideraba conveniente o aportaba beneficios para el individuo y la comunidad.
Tal es el caso de la gastronomía, el lenguaje, las fiestas y celebraciones, el concepto de respeto ante las autoridades y la ley, las nociones religiosas, y por supuesto la forma de vestir.
Todo lo anterior se originó a partir de la combinación entre las culturas europea y americana original, e incluso se diversificó poco después con la incorporación de nuevos elementos mediante la importación de esclavos reclutados -secuestrados- en tierras africanas.
Identidad regional
Conforme se fueron asentando identidades regionales se arraigaron prácticas y usos de influencia limitada, de donde surgieron de manera independiente los diversos estilos característicos de regiones específicas.
Cada región creó su propia gastronomía, su música, sus bailes, su acento y manera de hablar, y desde luego su ropa típica ya tradicional.
Particularmente en la forma de vestir, el resultado es el fruto del aporte de todas las culturas, ya sea en el oficio de las prendas, su manufactura, el diseño, la confección, la forma, los materiales, el estilo, el colorido y las restricciones.
Aquellos trajes evolucionaron perfeccionando su confección al aprovechar los nuevos materiales y recursos técnicos, y por fortuna en el presente se conservan y se usan sobre todo en ocasiones especiales. Incluso en regiones del interior de la república se usan de manera cotidiana.
Principales trajes típicos mexicanos
Para mencionar algunos de los principales no se necesita mucho espacio:
Traje de Charro
Sin duda el atuendo masculino mexicano más representativo es el traje de charro; se le identifica en todo el mundo y automáticamente se le relaciona con folklore, música, cohetes y alegría.
El estilo del traje remite a la idea de un jinete. Normalmente se confecciona de lana o gamuza, y consiste en pantalón ajustado, camisa de color claro, chaleco, chaquetilla corta, corbata de rebozo y botas o botines.
Los colores comunes son el negro, azul oscuro, gris, verde y varios tonos de café. El sombrero, cuyo origen es español, de las provincias de Andalucía y Navarra, presenta variables de acuerdo a la región, la ocasión o el gusto, aunque lo normal es que sean de lana, fieltro, jipi, paja de trigo o pelo de liebre. Es de ala ancha.
China Poblana
Respecto a los trajes femeninos, probablemente los más conocidos sean el de china poblana y el de tehuana.
El de china poblana es sencillo, y se compone de una falda llamada “castor” dividida en dos secciones, la superior, llamada “corte”, es de percal o seda verde, y la inferior que sobresale, es de color rojo y llega hasta los tobillos.
La blusa o camisa es blanca y está adornada con bordados de seda y chaquira, es escoltada y deja al descubierto el cuello, los hombros y parte del pecho.
Completan el traje una banda que simbólicamente cumple la función de cinturón, un rebozo y los zapatos de raso bordados con hilo de seda.
Traje de tehuana
El traje de tehuana es también muy popular en todo el mundo, ya que con él se representa a Frida Kahlo en los cuadros, postales, fotografías, etc.
Su imagen es y ha sido difundida a nivel mundial por mucho tiempo, y como es de suponer se le relaciona de inmediato con México.
Es originario del istmo de Tehuantepec, región que comprende zonas de los estados de Oaxaca, Chiapas, Tabasco y Veracruz. El traje consiste de dos piezas fundamentales: la falda y el huipil, ambos ricamente adornados con bordados.
Los complementos habituales son, según la ocasión: el “resplandor”, que es un olán blanco de encaje almidonado que se usa en la cabeza; la “enagua, también de olán blanco almidonado liso, está adherido a los bajos de la falda; y el “refajo”, tira de algodón, cuya función es la de evitar el roce de la falda.
Es un traje sumamente colorido, y las mujeres completan el vestuario con adornos y collares llamativos.
Traje de huipil
En Yucatán se usa el llamado “traje de huipil”. Es un traje femenino muy discreto que se compone de tres piezas básicas: el “jubón”, el “fustán” y el “hipil” o “huipil”.
El “hipil” o “huipil” es un vestido blanco y largo cosido lateralmente, con aberturas amplias para la cabeza y los brazos. Está discretamente adornado con bordados de flores en colores vivos.
El “fustán” consiste en un fondo que se lleva debajo del “huipil” como protección.
El “jubón” es una especie de solapa unida al cuello del “huipil”.
Variación de “huipil”
En Campeche se acostumbra una variación de “huipil”, muy parecido aunque con características propias derivadas de su origen.
Se dice que durante la etapa colonial las “patronas” acostumbraban obsequiar a las esposas e hijas de los peones ropa cuatro veces al año: en las fiestas de San Juan, de San Román, de la Purísima y durante el Carnaval.
Los trajes eran simples, huipiles cuadrados de percal con bordados coloridos. Debajo de la falda se usaba una pollera conocida como enagua, y como complemento un rebozo o una pañoleta.
En Veracruz hay una vasta variedad de indumentarias distintivas de sus pueblos y ciudades, también en Guerrero, en Guanajuato, en Chiapas, en Guanajuato, en Tamaulipas y en fin, en todos los rincones hay trajes muy particulares cuyo uso se mantiene hasta el presente.
En efecto hay muchos más, prácticamente cada estado del territorio nacional tiene el suyo propio, incluso más, pero por alguna razón los mencionados son los más conocidos tanto en México como en el extranjero.